Mi segunda entrevista con un religioso de este instituto que quiso mantenerse en el anonimato es aleccionadora para ir pergeñando muchos datos que hemos escuchado durante la primera entrevista.La formalidad, la crueldad, el exitismo, características que se repiten una y otra vez en las palabras de sus víctimas sobre la personalidad de Roberto. En estas entrevistas están reflejadas la sangre, la abnegación y el sacrificio de este religioso anónimo. Parece hacerse carne aquello que decía Nietzsche: 'de todo lo que se escribe, lo que me interesa es aquello que se escribe con sangre' y nos consta cuánto dolor hay detrás de estas palabras, de estas experiencias y de todo este episodio tan lamentable de aquellos que se vieron involucrados. Hoy Roberto está secularizado, aunque voces dicen que todavía hace Misa.