Landon No debería haberme sentido aliviado cuando mi novia desde hacía tres años se negó a mudarse conmigo. Esa debería haber sido la primera pista de que no estábamos hechos el uno para el otro. ¿Mi segunda pista? Nunca la deseé como deseaba a Casey. Casey era dulce, inocente y todo un misterio. ¿Por qué una madre soltera recién divorciada necesitaba mi ayuda para seducir a hombres? Acepté. Y, a cambio, ella tendría que hacerse pasar por mi acompañante en la boda de un amigo. Solo era una cita. Pero hacerla reír, tenerla entre mis brazos y llegar a conocerla me dejó con ganas de más. ¿Quién le estaba enseñando a quién a seducir? CaseyPedirle ayuda a Landon fue algo impulsivo. Pero cuando le oí hablarle a una clienta sobre el poder de seducción de las flores, quise escucharlo para siempre. No echaba de menos a mi exmarido, pero sí el sexo. Mucho. No necesitaba una relación ni un nuevo marido. Necesitaba a un hombre que me sedujera con sus palabras y me tentara con su sonrisa. Y que estuviera dispuesto a enseñarme mucho más que solo de flores.