El contexto sociohistórico contemporáneo, gracias a los feminismos de tercera y cuarta ola y al progreso de las teorías ’queer’, ha favorecido la puesta en duda del binarismo sexo-género. Esto, junto a la revolución comunicativa de las dinámicas de web 2.0, ha provocado que proliferen identidades al margen de lo masculino y lo femenino, englobadas bajo el concepto de lo no binario. De la mano de estas identidades ha llegado su representación dentro y fuera del ámbito de la ficción, así como el debate en torno a su expresión gramatical. En ese sentido, mientras que en lengua inglesa existen entidades académicas como el diccionario ’Merriam-Webster’ o el ’Cambridge Dictionary’, que las aceptan y definen, la Real Academia Española se muestra contraria a recogerlas. El conflicto surge, pues, a la hora de traducir esas realidades identitarias al español, pues no hay consenso en torno a su representación lingüística.De esta manera, dado que diversos estudios avalan tanto la capacidad de la traducción para favorecer cambios sociológicos como la relación que esto guarda con el género, la traducción se nos presenta como una herramienta poderosa a la hora de favorecer la implementación de una gramática de lo no binario: dado que hay que traducirlas, urge debatir cómo representar estas identidades emergentes. Por tanto, a través de la importación de sus narrativas, la traducción puede favorecer la instauración de las identidades no binarias en lengua española.