La poesía es un modo de explicar el mundo, de penetrar decididamente en nuestro interior, remueve nuestras emociones. La magia de la poesía nace de las voces de un yo que nos cuenta desde sus reflejos más íntimos la emoción del «Ser ahí». Carlos Martín en su nuevo libro, Siempre Cayendo nos interpela desde un universo en el que las emociones se plasman desnudas de todo artificio, sin adjetivos que la adornen, nos apela en suma, a todo aquello que nos toca en el corazón.Siempre Cayendo está jalonado por distintos capítulos a través de los cuales, ante la futilidad del cuestionamiento acerca de la naturaleza del ser, nos invita a aceptar nuestra caída como algo inevitable, una caída de la que acaso solo nos redima la belleza fugaz del instante, el contacto efímero de la piel, la respiración consciente que restaura. Es a través de la contemplación extática, del dolor de la impermanencia y del anhelo como emerge el amor a la vida misma y el ser puede ser contemplado, al fin, en su heroica caída. 10