Eguzkilore, la flor del sol se alza en cada puerta que el peligro advierte y con su luz a las dudas convierte en figuras que al vacío se lanzan.Cuida el hogar, su atención no descansa, guardián tradicional que al mal impele, y aunque la noche con sus sombras trepe, la flor vela firme en su barricada.Progresan los días bajo su amparo, en su fulgor, la confianza florece y la sombra no encuentra su reparo.Es un símbolo que la fe ennoblece, un brote de paz, kandela en el claro, que, ante el riesgo, inmutable permanece.