Para los Venezolanos, el beisbol no es un juego, no es un pasión... es una religión. Y el vinotinto es un símbolo de orgullo nacional. Este libro narra el recorrido de los mejores entre más de 500 peloteros venezolanos que, para el año 2025, han llegado las Grandes Ligas. Con un prólogo de Ozzie Guillén, el primer mánager latino en ganar una Serie Mundial y las reflexiones de Juan Vené, 'El Decano' del periodismo beisbolero venezolano, este volumen también incluye aportes editoriales del galardonado periodista y productor Leonte Landino. Se incluyen más de 50 biografías de jugadores como Omar Vizquel, Magglio Ordoñez, Luis Sojo, Freddy Garcia y Johan Santana.Explora cómo el béisbol se convirtió en un reflejo de la sociedad venezolana, con sus triunfos, desafíos e identidad en evolución, a través de las palabras de investigadores de SABR y escritores venezolanos de renombre.En un país definido por sus abundantes recursos naturales, una compleja dinámica social y una vibrante identidad cultural, el béisbol surgió como una fuerza unificadora y una fuente duradera de orgullo.Introducido a principios del siglo XX por influencia estadounidense y alimentado por el auge petrolero, este deporte rápidamente conquistó los corazones de los venezolanos y se convirtió en una piedra angular de su cultura.Esa pasión se encendió con figuras legendarias como Luis Aparicio Ortega, 'El Grande de Maracaibo' y se consolidó con la histórica victoria de Venezuela en la Serie Mundial Amateur de Béisbol de 1941 en La Habana, Cuba.El camino hacia las Grandes Ligas comenzó en 1939 con Alex 'Patón' Carrasquel, el primer venezolano en jugar en las mayores. Pero fue Luis Aparicio Jr., 'Luisito' quien abrió camino como el primer venezolano en ser exaltado al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown en 1984, inspirando a generaciones a soñar con las grandes ligas.Gracias al esfuerzo en conjunto de 35 miembros de la Sociedad Americana para la Investigación del Béisbol (SABR), este libro es más que una crónica de logros: es un tributo al legado perdurable, el impacto global y la inquebrantable resiliencia del béisbol venezolano, impregnado de la nostalgia y tradición que reflejan una cultura orgullosa y perseverante.