Desde los albores de la humanidad, la fantasía ha sido el refugio de soñadores y visionarios, aquellos que buscan más allá del horizonte tangible y se adentran en mundos donde lo imposible se convierte en la norma. En este paisaje de maravillas, los laberintos y las sombras se convierten en símbolos de nuestras luchas internas, nuestras inseguridades y nuestros anhelos más profundos. Laberintos y Sombras no es solo una antología, es un espejo del alma humana, reflejando las facetas más complejas de nuestra existencia a través del prisma de la fantasía.