La ópera prima de Ana Iris Simón, Campo de Criptana 1991, es un relato auténtico y feroz sobre la España que ya no conocemos. Concretamente nos habla sin miedos ni tapujos sobre la idiosincrasia de la mancha, de un pueblo y de una familia. Usos y costumbres, tradiciones que marcan la identidad y que a veces dejamos aparcadas por creer pasadas o no estar a la moda. En una sociedad capitalista, hiperconectada en lo tecnológico pero totalmente individualizada en el tú a tú, en la vecindad, Feria nos reconcilia con las raíces, con la comunidad y con la nostalgia de no querer perder dicha identidad. De saber de dónde vienes y ser consciente de que nos vendieron una modernidad inexistente, la de una generación de treintañeros, más precarizados e infantilizados que nuestros padres. Una generación sin perspectivas, ni rumbo, a la que le haría mucho bien echar la vista atrás y reencontrarse con lo que fuimos y posiblemente ya no seremos.
