El protagonista de este libro recorre las calles y plazas de su barrio. Todo lo mira con atención, no pierde detalle: un niño, un perro, un árbol, una ventana que se abre, el juego de unos chicos en la cancha del parque, una pelota que rueda y nadie para... Escenas de la vida cotidiana. Y de repente el asombro, la sorpresa infinita: todo empieza a dar la vuelta sobre sí mismo y lo que parecía un paseo sin importancia adquiere la inmensa dimensión del mar entero, de la vida zarandeada en mil tormentas, del naufragio voraz en cada esquina. Para el protagonista andar y ver son mucho más que un errar distraído, es estar mirando en lo que siempre se vio lo que nunca dejó de estar allí: esa cara oculta de la luna en la que fueron quedando jirones del corazón.Piel de barrio es el primer libro de poesía de Rafael Cabello. A veces, como en este caso, sucede el milagro de encontrar la madurez en la primera obra de un autor. El lector se verá sorprendido en cada página por el desconcierto que puede producirnos la realidad más común. Entre los logros del libro destaco dos. Primero: el protagonista es y no es el autor. Pronto caerá en la cuenta el lector de que es él quien está experimentando las vivencias y vicisitudes que se cuentan. El autor consigue que el lector sea el primer actor de los hechos que cuentan los poemas. Segundo logro: la mejor retórica es la que apenas se nota. Piel de barrio arranca el velo de la realidad mostrándola en su desnudez. Y al hacerlo se desnudan también los textos de ropajes y bisutería. Sobreviene entonces la dolorosa intemperie en la que finalmente estamos todos.José Manuel Suárez
