¿Cómo se mantiene un conflicto en su máxima efervescencia? ¿Qué se necesita para que sus participantes salgan cada vez más lastimados? ¡Nada! Sólo obedecer impulsos. Ahora, si la pregunta fuera ¿Cómo transformar ese ambiente belicoso en un escenario cordial y constructivo?, la respuesta cambia: se precisa alguien con la habilidad de un escultor cuya inspiración logra convertir un bloque de piedra macizo, inerte, en una obra que conmueve y emociona.El arte de negociar, semejante al del escultor, aspira a transformar una situación áspera y aparentemente sin salida en un encuentro donde las partes se retiran de la confrontación, se focalizan en las coincidencias, en las consecuencias futuras de sus actos y le dan un nuevo significado a esa relación que estaba próxima a extinguirse.¿Cómo procurar que emerja el artista negociador que subyace en cada uno de nosotros? A lo largo de este libro hablaremos de las herramientas que permiten desarrollar ese don que todos tenemos. 10