Del autor de Franjas escribió Claudio Magris: 'La belleza -dice en su novela La última playa Atilio Caballero, un narrador cubano de fresquísima y creativa originalidad- existe para ser admirada'. Asimismo, para el poeta Alberto Marrero estamos ante un escritor 'penetrante y dueño de un lenguaje bien cincelado, debajo del cual fluye una cultura sólida que esplende sin caer en falsas erudiciones ni alardes que maten la gracia y la frescura de lo que narra con indudable maestría'. El presente libro -un descenso al inframundo de un Chernóbil tropical, y otro raro dentro de esa ficción llamada literatura cubana- es un ejemplo más de ello.