El símbolo como característica de la misma condición humana orienta el intelecto hacia la trascendencia, hacia un lenguaje que escapa, por elevación, de la simple significación de las palabras. En este ensayo de carácter teórico y práctico, se recupera una interpretación del arte (en este caso la literatura) desde la que su función estética se enriquece con la múltiple valoración de la simbología en acción. Las cuatro dimensiones del texto aquí propuestas, la literal, la alegórica, la ética y la simbólica componen un todo, en las que el lector ve la materia de un clásico, de nido como un texto para todos los tiempos. Es innegable que cada una de esas dimensiones opera de manera jerárquica, ya que un texto que niega la dimensión literal obtura la presencia de las otras.Con un carácter pedagógico a la vez que teórico, Estética del símbolo recupera una antigua tradición de lectura que no inhabilita otras lecturas, pero que proporciona la llave para abrir una lectura diferente de muchas obras literarias.