Actualmente, el medio-ambiente, el medio-cultural o las new media abarcan nuevas cuestiones y nuevos desafíos a la humanidad, especialmente en el ámbito de un Occidente moribundo y de sus antiguas colonias. Responder a esas preguntas sin considerar el concepto más clásico para las mediaciones, o sea, el espíritu, se trata de una tarea imposible. Sea el Espíritu Santo, sea simplemente el aire, históricamente el espíritu fue el elemento sutil capaz de conectar la mente al cuerpo, el habla al lenguaje o las personas a los dioses. Este ensayo adentra esas lagunas para investigar la separación teológica entre espíritu y letra en sus relevancias política, filológica y lingüística, especialmente por parte de aquellos que no poseen más algún Atlas, Eros o viejos daemones capaces de hacer la mediación entre los humanos y los ambientes, las imágenes, los animales o simplemente el cosmos. 10