Claudia, en un admirable y genuino gesto de clara contrición y triunfo, nos relata su camino durante los primeros años de su matrimonio y abatida juventud. Las fuerzas negativas y sus dudosas patrañas para seducir el alma de los incautos, es claramente expuesta y abierta para todos. La tempestad de emociones que este viaje despliega, revela la divina paciencia que nos da capacidad de obtener un triunfo o un descalabro, pero que, por su infinito amor y por más que lo neguemos una y otra vez, siempre habrá el canto de un gallo, que nos despertará de nuestro engaño o tozudez y nos guiará al camino de indulgente perdón y misericordia, donde Jesús nos acoge como al hijo pródigo que estaba perdido. En palabras propias, expone lo que muchos de nosotros, en silencio, enfrentamos en nuestras vidas; y nos muestra el plan Divino, cómo encontrarlo, y cómo al reconocerlo, nos envía como misioneros a difundir su palabra, revelando al Dios que habita dentro de cada uno, como motor de la misión. El lector en reverente marcha hacia La Tierra Prometida podrá internalizar sus propios conflictos a la luz de la misericordia divina, identificando situaciones, decisiones y creencias que seguro serán revisadas y transformadas.
